domingo, 22 de abril de 2012

- LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA -

Cuando alguien dice estar en contra de la inmigración masiva que sufrimos hoy día los españoles, por norma se suele reprochar, claro que eso es algo que cada vez ocurre menos y no es de extrañar.
No vamos a entrar en debates de si este es o no el mayor problema al que nos enfrentamos, está claro que no y que el principal culpable de todas nuestras desgracias son quienes se esconden detrás de todos esos fortísimos intereses económicos que a buen seguro existen, donde los únicos beneficiados son los de siempre a cambio del deterioro de una nación con tantos años de historia como es España.

Es por eso que, sino podemos hacer nada contra el capitalismo y quienes se esconden detrás de él, debemos buscar otra solución a nuestros problemas, ya que está claro que en este sistema democrático liberal no nos van a escuchar sino les conviene. No tengas miedo a decir que estás en contra de la inmigración, que no te tachen de racista ni xenófobo que no tiene nada que ver; estar en contra de la inmigración es estar a favor de tu bienestar y el de los tuyos, por el futuro de nuestros hijos.

Sin embargo el que no sea el principal culpable no quita que si sea el que más de cerca vivimos y padecemos, por lo menos la clase obrera. No consientas ningún acto de humillación más, estás en todo tu derecho de reclamar lo que es tuyo aunque por ello tengas que oponerte a la inmigración, y no son pocas las razones que tienes para ello y si muchos los motivos para pensar que sin tanta inmigración todos viviríamos mucho mejor, que no te engañen quienes les conviene.
Algunos incluso tienen la desfachatez de decir que los inmigrantes son necesarios, y nosotros nos preguntamos, ¿necesarios?, ¿para qué? O sería mejor decir, ¿para quiénes? 

Son más de ocho millones los españoles declarados como pobres, los pisos y ayudas que reciben los inmigrantes podrían ser para ellos o para cualquier pareja joven que ve imposible hoy día el acceso a una vivienda decente como bien indica la propia constitución española. Pero algunos, por “x” motivos parecen pensar que no, y quieren que tú creas lo mismo, no lo permitas. 

Recuerda que si quieres abrir un negocio debes pagar unos altísimos impuestos, en ocasiones casi impensable. Sin embargo esta gente que viene de fuera no lo deberá hacer durante al menos cinco años, y a ver quien es el que se cree que después de ese tiempo no cambian de nombre por cualquiera de sus muchos familiares para seguir sin pagar ni un mísero euro.

Por eso nos hace gracia cuando se dice eso de que los inmigrantes desempeñan trabajos que los españoles no quieren realizar. Falso, ¿a quién no le gustaría tener un negocio propio?, pero claro, muchos no se lo pueden permitir y a otros se lo dan casi regalados. Por no hablar de los más de dos millones de parados, españoles, que no cuentan ni con un salario mínimo para mantenerse, o los incontables contratos basura. 

Es muy fácil decir que hay trabajos que desechamos, como si todos los inmigrantes trabajasen en la recogida de fruta en el campo y como si fueran pocos los españoles que van a la vendimia de Francia porque allí se paga mejor. Lo que realmente es fácil es tirar por la mano de obra barata, lo que conlleva a que no se cotice y la economía no suba, y así nos vemos que cada vez suben más y más los precios de todo y apenas nada los sueldos de los trabajadores decentes que ven como cada vez les cuesta llegar más a fin de mes. Deberían de prohibirlo, pero no se hace. 

Casi la mitad de los regulados se encuentran en prisión por sus continuos crímenes, siendo España el país con más índice de criminalidad de la UE sólo superado por la cosmopolita y multirracial EE.UU. El resto ya suman en varias localidades más de la mitad de la población legal, y los demás sin papeles se pasan el día en mezquitas exigiendo trabajos y viviendas que no tienen muchos españoles o, lo que es peor, al acecho de cometer algún crimen más solos o a manos de alguna banda callejera tipo Lating King o grupo islámico como eran los, regularizados y todo, culpables del dramático 11-M, creando una gran inseguridad en las calles que no tenemos porque pasar y que cada vez va a peor, y es que nos estamos cruzando constantemente con nuestro propio enemigo, reconocido por ellos mismos en las varias encuestas que se han realizado dentro y fuera del país donde más de 3/4 de los encuestados reafirman su fe por el mismísimo Ben Laden.

Dicen que el ser humano no tiene fronteras, pero cuando de ello depende tu seguridad, nivel de vida, y futuro de tus hijos, ya lo creemos que existen. Porque hoy día, aunque a duras penas y no todos, muchas familias españolas pueden salir adelante con su piso pequeño, trabajo mal pagado, y grandes impuestos, y con suerte conseguirán que no les atraquen, violen, o estalle alguna bomba a su lado. Pero pensar en hace diez años, sin duda la situación ha venido a peor y con esta inmigración que padecemos es imposible que mejore por todo lo que hemos dicho antes, y si ahora estamos así ¿cómo estarán nuestros descendientes de seguir en esta situación? Nos da miedo de sólo pensarlo…
Hay un dicho que dice: “Antes de meterte en casa ajena, barre la tuya propia” Y cuanta razón hay en tan pocas palabras. Alguien tiene que poner remedio a esto, y está claro que desde arriba no van a hacer nada, no sinó nos unimos y hacemos oír, pero no una, sino muchas veces, que sepan que estamos hartos de esta situación, que mientras todo son ventajas para los que vienen de fuera a su vez son desventajas para nosotros, que queremos que nuestros hijos crezcan en un país libre de verdad, sin miedos, que bastante tenemos ya con lo nuestro como para encima aguantar lo de otros.